Al leer algunos artículos, me encontré con un artículo muy bueno escrito por el Dr. Miguel Angel Nuñez, quien fue mi docente en la Universidad Peruana Unión cuando estudiaba teología. Por ello comparto el siguiente artículo que se encuentra registrado en su página alpasarlashoras.blogspot.com
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Seguramente habrá gente que estará, en estos mismos instantes, en algún
lugar del mundo, rasgando vestiduras por la participación de una monja
católica de las Ursulinas, en el programa The Voice versión
Italia, que es la réplica del mismo show que se emite en EE.UU. y que
busca talentos. La gracia es que los jueces deben juzgar sólo por la
voz, por esa razón cuando entra el concursante los jueces están sentados
de espaldas al que canta y ellos sólo escuchan la interpretación.
La religiosa, que tomó sus hábitos en el año 2012, arrasó desde el
primer momento en que se presentó a la audición con una interpretación
pop de Alicia Keys, "No one", que tiene una letra muy bella, y que
evidentemente la religiosa la cantó dándole un sentido religioso.
El asunto es que eligió como mentor a J-Ax, un rapero muy conocido en
Italia, que arrastra a multitudes de jóvenes con su música irreverente y
con mensajes que nada tienen que ver con los valores que defendemos los
cristianos.
¿Es correcto lo que hizo Sor Cristina? No sé, sin embargo, no puedo
evitar observar el efecto que ha tenido. El video de su primera
presentación ya lleva más de 53 millones de visitas en YouTube, lo que
evidentemente, en este mundo de redes sociales e impacto mediático por
la Web indica que ha arrasado con la audiencia en todo el mundo.
¿Es el lugar donde se presentó un buen ambiente para un religioso?
Nuevamente, tengo dudas, sin embargo, Jesús dijo "id", y eso significa
estar presente en los lugares donde está la gente, y es indudable que la
televisión e internet tienen un impacto superior.
Seguramente los que les encanta juzgar, condenar y motejar tendrán miles
de argumentos para sus críticas ácidas y destempladas, no me interesa
escucharlas ni leerlas, sino procurar sacar lecciones para nuestra
misión evangelística.
Algunas enseñanzas
1. ¿En qué consiste la evangelización?
No puedo dejar de pensar que Jesús dijo "id", en otras palabras,
"vayan", "salgan", "no se queden en su lugar de confort". Desde el
primer día Sor Cristina señaló que venía para cumplir el mandato de
evangelizar. Nunca escondió sus intenciones. En la primera entrevista
que dio indicó que el mundo está hambriento de gozo verdadero y de un
mensaje de esperanza, por eso ella quería dar algo de la alegría de
Jesús.
A veces siento que las estructuras nos están matando, al menos,
asesinando el verdadero espíritu de la evangelización, libre y
espontánea, que consiste en ir donde están los que necesitan escuchar el
mensaje. Hemos cambiado el sentido de la orden de Jesús y la hemos
convertido en un "vengan", que cada vez me suena más a "si quieren
aprender, bueno, dense el trabajo de venir a escucharnos y vernos". ¿Qué
diría Jesús y los primeros cristianos que se distribuyeron por todo el
mundo cuando no habían cristianos, de esa comodidad estructural nuestra?
2. Es necesario romper las estructuras
Estudiando historia, alguna vez leí que los pueblos que han sucumbido,
entiéndase Grecia, Roma y otros imperios, lo hicieron porque calleron en
una especie de adoración a la estructura que habían construido, que en
algún momento les sirvió para cimentar su proceso de crecimiento, pero
que una vez asentados, olvidaron una regla básica en el desarrollo, si
se deja de crecer, se comienza a morir, y para crecer se precisa de
dinamismo que esté dispuesto al cambio.
Aferrados a las estructuras, estas terminan fosilizando la misión, y de
pronto nos aferramos tanto al "así se ha hecho siempre", que no estamos
dispuestos a probar nuevos medios que nos muestren otros caminos y nos
den otras maneras de hacer las cosas. El dinamismo da paso al
formalismo, y el formalismo, termina por convertirse en una estructura
anquilosada e inerte.
3. Lo que mostramos es tan importante como lo que creemos
No puedo decir otra cosa, me encantó Sor Cristina desde el primer
momento en que alguien me envió un enlace a su primera presentación, y
lo que me cautivó hasta el final, fue su naturalidad y la alegría
contagiosa y desbordante, que incluso en más de una ocasión dejó
emocionados a los jurados.
Cuando estoy en alguna iglesia, y escucho los cantos que se entonan, con
un sentimiento de tristeza tan grande, me dan ganas de invitar a Sor
Cristina para que los contagie de dinamismo. La gente no quiere escuchar
exhortaciones tristes y que llenen de culpa, lo que desean es mucho más
sencillo: Están hambrientos de alegría, de esperanza, de un mensaje
positivo. Los vende catástrofes no son los que llevan personas a los
pies de Cristo, al contrario, sólo provocan huida en estampida,
especialmente de quienes más necesitan el mensaje y que están tan llenos
de miedo, que lo que menos quieren es a predicadores "mete culpas" y
"mete miedos". Por eso, probablemente por el hambre de alegría, millones
de personas han seguido a esta monja de principio a fin, yo entre
ellos.
4. Al iniciar una jugada arriesgada, siempre habrá quienes te sigan
Ciertamente, creo que la jugada de Sor Cristiana ha sido arriesgada, sin
embargo, tal como dijo en la final su mentor, "50 millones no pueden
estar equivocados". Aunque las visitas a YouTube no pueden considerarse
objetivas, es indudable que 53 millones de personas en todo el mundo,
algo han visto y sentido al observar a esta monja con su mensaje
rupturista, y lleno de esperanza.
Más de alguna vez he sentido que la manera formal de evangelizar se ha
convertido en una especie de camisa de fuerza que no nos deja avanzar
rompiendo barreras y llevando el mensaje de esperanza que supuestamente
el cristianismo encarna. Una cosa es cantar entre cuatro paredes, y otra
muy distinta, buscar que me escuchen millones de personas, no sólo hay
una diferencia numérica, sino un impacto impredecible.
5. Cuando dejamos que Dios sea Dios, nos dejamos orientar
Es impresionante la diferencia de esta monja, con su cara sin pintura,
sus zapatos bajos y normales, y sus atavíos negros de monja, frente a
cantantes producidas, peinadas, ataviadas y pintadas... y sin embargo,
aunque cantan bien, su mensaje aparece como vacío comparado con alguien
que está motivado por algo superior.
¿Se le habrá ocurrido a alguien que la final de The Voice, iba a
terminar con cientos de personas tomadas de las manos recitando el
Padrenuestro? Si eso no es impacto, no sé cómo podría definirse.
6. Los dones son para entregarlos, no para guardarlos
En su primera presentación Rafaella Carra, una conocida cantante popular
italiana, le pregunta por qué está en el programa y Sor Cristiana
responde con naturalidad: "Tengo un don y he venido a compartirlo con
ustedes". ¡Bravo! Una respuesta magnífica. Si todos los cristianos
tuviéramos eso en mente, ¡qué distinto sería todo!
Cuesta que algunos cristianos entiendan que los dones son para
compartirlos, no para guardarlos y menos para discutirlos o
cuestionarlos, como si fueran delegados de la inquisición. He visto a
miles de jóvenes cristianos frustrados porque sus censores espirituales
les han dicho qué y qué no deben hacer, pero en función de sus gastados
patrones y modelos, desfasados de la realidad.
7. Dios no quita nada
A menudo el mensaje que dan los censores cristianos de la conducta ajena
es: "Tienes que abandonar muchas cosas para seguir a Cristo". El
mensaje de Sor Cristina fue "Dios no nos quita nada", al contrario, nos
da todo. Entender la profundidad de dicho pensamiento es clave para
entender que el cristianismo no es prisión de sabelotodos y censores de
la conducta ajena, sino como diría Pablo a las comunidades de Galacia:
El cristianismo es sinónimo de libertad, no de cárcel.
8. La alegría no es una pose, es una actitud y contagia
La gente no necesita discursos sobre el gozo cristiano, lo que precisa
ver es a cristianos felices, llenos de la energía que da el entender que
la vida cristiana da dinamismo, sentido, fuerza, y alegría de vivir. Si
no se contagia con alegría, el cristianismo se convierte, sólo en una
teoría sin base ni sustento.
Sor Cristina impresionó a millones de personas, simplemente, porque
entendieron que lo que ella mostraba era alegría real y no fingida. Se
nota cuando un cristiano está lleno de teorías y carente de certezas y
alegría.
9. Honra a quien corresponde
En todo momento, esta monja que revolucionó no sólo Italia (la
televisión estatal alcanzó con sus presentaciones récords históricos),
en todo momento dio honra a Dios por el don que tiene y por las
oportunidades de vida que ha tenido. Dar honra a quien corresponde es
una característica de personas humildes y que viven si aspavientos.
10. Los que no conocen a Cristo no necesitan sermones, sino abrazos y alegría contagiosa
Hasta el último momento esta joven monja de 25 años, prodigó abrazos y
alegría contagiosa, señal de que el cariño y la actitud de no condena
puede mucho más que un mensaje áspero, lleno de condena y de
señalamientos.
Tenemos mucho que aprender de quienes han decidido sacar la cabeza fuera
del techo del templo y atreverse a mirar más allá, buscando de verdad,
impactar con el mensaje de Cristo a quienes no tienen más que el
presente.
Conclusión
No escribo para polemizar, quienes deseen hacerlo, pueden seguir
ocupando las cientos de horas que ocupan en llenar páginas de
triunfalismos, acusaciones, culpabilizaciones y mensajes
sensacionalistas, para eso tienen miles de páginas de corte acusador,
aquí me interesa aprender y sacar lecciones, que sirvan para entender
que no hay una manera única de hacer las cosas.
El mundo no perece por falta de conocimiento como algunos sectarios les
gusta pregonar, sino por falta de impacto de vidas cristianas que les
ayuden a ver más allá de sus prejuicios y estereotipos.
Sor Cristina ganó el concurso, lo hizo en buena lid, pese a las críticas
de algunos "buenos cristianos" afectos a la crítica destemplada y
acusadora. Lo importante, no fue ganar, sino estar en un lugar donde
muchos comenzaron a ver a Cristo a través de una sonrisa. Como dijo uno
de los jueces: "Si te hubiera conocido antes, distinta habría sido mi
vida". No hay mejor elogio que ese para un cristiano comprometido.
Gracias Cristina por traernos de vuelta el entusiasmo que se necesita
para pregonar un mensaje de esperanza a un mundo que carece de ella.
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