"¡Socorrooooo! ¡Socorroooooo! ¡No me dejen morir por favor! "
Fueron los últimos gritos que se escucharon en el fondo de la Iglesia, a
las 16:00 horas de aquel Sábado por la tarde. En el siguiente Sábado,
ya todos sabían de la noticia; al culto Joven (JA) lo habían matado. En
la Iglesia reinaba un silencio absoluto que de vez en cuando era
interrumpido por algún murmullo, mientras otros miraban desconfiados de
las personas que estaban sentados a sus costados.
El director de JA entró y se puso al frente y anunció: "Tenemos a un sospechoso entre nosotros"
Todos se quedaron pasmados, mirándose unos a otros, imaginando ¿Quién sería el asesino del Culto JA?
Y fue así que uno por uno se puso de pie y comenzaron a decir: "Yo no
fuí" "No estuve el Sábado pasado en la Iglesia" "En la hora del crimen
estaba en casa durmiendo" "Estuve jugando fútbol con algunos amigos" "Yo
estuve mirando TV", etc.
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