MINISTERIO JOVEN


viernes, 21 de junio de 2024

Los Adventistas y el Servicio Militar

Por Mario E. Ceballos y Gary Councell

La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene una clara posición sobre la guerra y la participación como combatiente, desarrollada después de mucha oración y estudio del Antiguo y del Nuevo Testamento, como así también de los escritos de Elena G. White:

“El cristianismo auténtico se manifiesta en una buena ciudadanía y en lealtad al gobierno civil. El estallido de la guerra entre los seres humanos de ninguna manera altera la lealtad y responsabilidad cristianas supremas hacia Dios, ni modifica la obligación de practicar sus creencias y poner a Dios en primer lugar.

“Esta sociedad con Dios por medio de Jesucristo, quien vino a este mundo no a destruir las vidas de los hombres sino para salvarlas, lleva a los adventistas a defender la postura de no combatientes, siguiendo a su Maestro divino al no quitar la vida humana, sino hacer todos los esfuerzos posibles para salvarla.

“Al aceptar la obligación de la ciudadanía y sus beneficios, la lealtad al gobierno requiere que presten servicio al estado en cualquier capacidad no combatiente, civil o militar, en la guerra o la paz, con uniforme o sin él, lo que contribuirá para salvar vidas, pidiendo tan solo que puedan prestar servicios en funciones que no violen sus convicciones de conciencia.

“Esta declaración no es una posición rígida vinculante para los miembros de iglesia, sino que brinda una orientación, para que cada miembro pueda evaluar la situación por sí mismo”.1

Esta posición sobre el servicio en carácter de no combatientes fue presentada en una reunión mundial “La Iglesia Adventista y el servicio militar”, llevada a cabo en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), el 10 y 11 de abril de 2019.2

Cuando existen diferencias respecto de convicciones muy profundas, la tendencia humana es promover la visión propia como la única “correcta” y descartar todas las demás como inferiores y menos espirituales. Esa polarización no ayuda a que las personas estén abiertas a la conducción del Espíritu Santo para desarrollar la comprensión de la voluntad de Dios para sus vidas.

Para tomar una decisión que se aplique a la vida actual, se tiene que considerar la cuestión desde la totalidad de las Escrituras y repasar la conducción divina en la historia. Los adventistas consideran que el Antiguo Testamento es tan inspirado como el Nuevo Testamento. No consideran que aquel es “irrelevante”, en contraste con este. Un enfoque selectivo de “textos probatorios” para establecer un principio teológico es dañino. A veces, simplemente revela el trabajo exagerado del deseo humano natural de buscar la afirmación para inclinaciones preconcebidas o predeterminadas.

La organización formal del adventismo fue establecida en Norteamérica durante la Guerra Civil de los Estados Unidos (1861-1865).3 La raíz de esa guerra fue la detestable práctica de la esclavitud. Los creyentes adventistas pertenecían mayormente al norte (no se conoce de adventistas que vivieran en los Estados Confederados), y por lo general favorecían la abolición de la esclavitud. Cuando el presidente Lincoln solicitó 75 mil voluntarios, la cuestión del servicio militar engendró una discusión viva entre los adventistas. ¿Se podía portar armas por una causa justa en la Guerra Civil? La calidad de no combatiente brindó un terreno fértil para la discusión. Ser no combatiente en ese período significaba servir en los cuerpos de hospitales, conducir vehículos de suministro, y satisfacer las necesidades de los exesclavos liberados. Después del fin de la guerra, la Asociación General votó varios documentos relacionados con la guerra y el servicio militar que desde entonces han guiado a los líderes y miembros de iglesia respecto de esos temas.

La pregunta de cómo relacionarse con la guerra pasó de los Estados Unidos a Europa cuando esta se convirtió en campo de batalla de dos guerras. Los adventistas europeos se mostraron divididos por la cuestión del servicio militar. Esa división persiste, junto con los argumentos usados para vindicar una perspectiva por sobre la otra.4

Las cuestiones relacionadas con la guerra, respecto a matar y servir en las fuerzas armadas son de interés de la iglesia mundial ahora más que nunca. Hoy hay menos naciones que requieren el servicio militar, y muchos países hacen provisión de servicios alternativos para los objetores de conciencia. Hay adventistas que en la actualidad prestan servicios en el gobierno, las fuerzas policiales y las fuerzas armadas de muchas naciones por una diversidad de razones válidas. Se encuentran en esos puestos para proteger y defender a los demás ciudadanos contra la agresión flagrante y el mal causado por los que expresan odio, sea cual fuere su motivación.

Aunque es una cuestión ética, prestar servicios en las fuerzas armadas, o en las fuerzas del orden, es también una cuestión de conciencia individual. No es la base para determinar la salvación. De allí que la denominación ha dejado sabiamente esas cuestiones a la conciencia de cada miembro, para que la persona busque seguir con honestidad la voluntad del Señor según la entienda mejor. Existe más de una manera de cumplir ese fin; por ejemplo, el pacifismo (el servicio comunitario) y el servicio como no combatiente.

Nuestro mundo actual enfrenta muchos peligros que matan más civiles que la guerra activa. Enfermedades, hambre, drogas, delitos y genocidio (infligido o no evitado por los propios gobiernos por razones ideológicas, tribales o religiosas) causan más muertes que la guerra tradicional. Vivimos en un mundo donde el mal procura controlar tanto a los individuos como a las poblaciones. Elementos criminales pueden impedir que las personas adoren en libertad. Esos grupos también limitan la diseminación del evangelio debido a su intolerancia y a controles destructivos. Algunos de nuestros miembros de iglesia se rehúsan por completo a servir en las fuerzas armadas. Otros son reclutados pero solicitan el estatus de no combatiente. Algunos escogen enrolarse voluntariamente, no solo en las fuerzas armadas y de defensa de sus países, sino también en las fuerzas policiales, para servir y proteger a sus comunidades y países.

En la discusión continua sobre las cuestiones éticas5 que implican matar, ir a la guerra o participar del servicio militar,6 acaso resulte útil el consejo del apóstol Pablo, dado en otro contexto: “Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa”.7 Que cada uno estudie con oración lo que es verdadero, correcto y bueno para él, según la conducción del Espíritu Santo. Sobre la base de esa amonestación bíblica, la declaración denominacional sobre el servicio militar respeta la conciencia individual.

Para reiterar: “Esta declaración (sobre el servicio en carácter de no combatiente) no es una posición rígida vinculante para los miembros de iglesia, sino que brinda una orientación, para que cada miembro pueda evaluar la situación por sí mismo”.8

 

 

Mario E. Ceballos (DMin, Universidad Boston, Massachusetts, Estados Unidos) es director del Ministerio de Capellanía de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. Ceballos se jubiló como capellán de la Armada de los Estados Unidos con el rango de comandante. E-mail: ceballosm@gc.adventist.org.

Gary Councell (MDiv, Universidad Andrews, Míchigan, Estados Unidos) es exdirector del Ministerio de Capellanía de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. Councell se jubiló del Ejército de los Estados Unidos con el rango de coronel, prestando servicios en el Pentágono como director de información, administración de recursos, instalaciones y logística en la Secretaría del Jefe de Capellanes. Actualmente es uno de los capellanes del Aeropuerto Internacional Dulles cerca de Washington, D.C., Estados Unidos. E-mail: councellgr@comcast.net.


 

Citación Recomendada

Mario E. Ceballos and Gary Councell, "Los adventistas y el servicio militar," Diálogo 32:1 (2020): 3-4

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Posición denominacional: del Concilio Anual de la Asociación General, Votos Generales, Ciudad de México, México (14-29 de octubre de 1972).
  2. “Should I Enlist?” World Service Organization, citando la “Posición denominacional: del Concilio Anual de la Asociación General, Votos Generales, Ciudad de México, México (14-29 de octubre de 1972): https://www.worldserviceorganization.org/service-categories/ military-service/should-i-enlist/#1455731759578-c60160eb-1d73.
  3. Ted N. C. Wilson, “The Church and Conscientious Objection”, Adventist World (31 de julio de 2018): https://www.adven- tistworld.org/the-seventh-day-adventist-church-and-conscien- tious-objection/.
  4. Johannes Hartlap, “Military Service―a Comparative Study Between the New Testament Teaching and the Attitude of German Adventists”, tesis de maestría, Universidad Andrews, 1993: https://digitalcommons.andrews.edu/cgi/ viewcontent.cgi?article=1039&context=theses; https://www. adventistbookcenter.de/adventists-and-military-service- biblical-historical-and-ethical-perspectives.html.
  5. Frank M. Hasel, Barna Magyarosy y Stefan Höchele (eds.), Adventists and Military Service: Biblical, Historical, and Ethical Perspectives (Madrid, Spain: Editorial Safeliz, 2019, distri- buido por Pacific Press): https://www.adventistbookcenter. de/adventists-and-military-service-biblical-historical-and- ethical-perspectives.html.
  6. Cedric Vine, “El servicio military y el Nuevo Testamento: ¿Deberían servir los adventistas en las fuerzas armadas?” Diálogo 31:3 (2019): https://dialogue.adventist.org/es/3261/el-servicio-militar- y-el-nuevo-testamento-deberian-servir-los-adventistas-en-las- fuerzas-armadas.
  7. Romanos 14:5.
  8. “Should I Enlist?” World Service Organization, citando la posición denominacional.

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